Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello
en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da. Deuteronomio 28:8

Los hebreos usan la palabra “beraká” para decretar “bendición” y “prosperidad”. La prosperidad está presente en la

intención original de Dios, desde el comienzo de la creación. Si remueves a Dios de tu vida, no queda nada. La creación misma revela que los recursos de Dios son ilimitados e inagotables. Dios no creó el universo con escasez; por eso, cuando Dios te bendice, inevitablemente prosperas. Señor, hoy declaro que Tú me empoderas para prosperar contra todo pronóstico. Declaro que Tú me has puesto en este país y en esta ciudad con un propósito grande; que Tú me bendices en el territorio donde me has plantado, que me das ideas creativas para prosperar, que multiplicas el fruto
de mi trabajo y bendices la obra de mis manos. Señor, he decidido hacer tu voluntad y seguirte, aunque a veces no en tienda tus caminos. Transforma mi mente para comprender que toda provisión viene de Ti, y que fuera de Ti nada es posible. Sé que tu bendición está cerca, porque fiel es quien la prometió.