• Hermanos y amigos, yo me considero un cristiano agradecido, ¿Saben por qué? Porque es un gran privilegio el que tenemos nosotros,  al servir a un Dios  omnipotente, omnipresente, omnisciente; que derrama día a día su bendición sobre nosotros  mostrándonos sus maravillas, un nuevo día de vida, el cantar de las aves, el nutrirnos de alimentos, salud, gozo
    • También sabemos, que como buen padre jamás nos va a desamparar, siempre nos va a suplir nuestras necesidades, siempre que  tengamos buena relación con él y se lo pidamos con FE. 
    • Pero también, debemos tener en cuenta que si él tiene responsabilidades como padre, también tenemos responsabilidades como hijos. Si queremos bendiciones Debemos guardar sus mandamientos y tener nuestra fe firme para que Dios sepa cuáles son los hijos con el cual puede contar.
    • Un  gran ejemplo de esto, es la viuda de Sarepta: 1era de Reyes 17:8-24.

El relato se desarrolla en el siglo IX A.C,  en la ciudad fenicia de Sarepta que significa “Casa de fundición” o “lugar de ardientes pruebas” (actual ciudad de Sarafand, perteneciente al Líbano). Allí, Elías cuyo nombre en griego significa “el señor es mi Dios”, está siendo llamado por Dios para servirle como profeta. Venía desde el arroyo de Querit ubicado al este del Jordán, donde profetizó su sequía.
La principal preocupación de Elías es la soberanía de Dios en medio de un mundo que poco a poco, pero con paso firme, se aleja del verdadero culto a Dios y lo sustituye por Baal. Dada la crucial misión de establecer las verdaderas credenciales del Dios soberano, el Señor ordena a Elías que anuncie una sequía seguida de una hambruna. Dios golpea a Baal, el antiguo dios cananeo de la meteorología, donde más le duele. Dios le dice a Elías que vaya a la ciudad fenicia de Sarepta, unos 13 kilómetros al sur de Sidón y 22 kilómetros al norte de Tiro.
  • La relación de Israel (durante el gobierno del rey David y Salomón eran bastante buenas) con los pueblos fenicios. Se caracterizaban por intercambios comerciales (1 reyes 5:8-9) (madera y distintos materiales para construir el templo), pero también adquirieron otros elementos  culturales como la religión por el cual comenzaron a adorar a Baal, violando los mandamientos.