Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Martyn Lloyds escribió una vez "La oración es sin lugar a dudas la actividad suprema del alma del ser humano. El hombre llega a lo máximo cuando de rodillas se encuentra frente a frente con Dios"

La llave de bendición es la oración
Todos tenemos llaves que utilizamos para abrir puertas y activar infinidad de mecanismos útiles. Imagina lo inútil que sería la llave de tu carro si no pudieras encenderlo con ella. Lo mismo pasa con la Palabra que recibes. De nada sirve que tengas la llave si no logras hacer que funcione. Si piensas que Dios no escucha tu voz porque tus necesidades continúan angustiándote, seguramente no has utilizado bien las llaves que te dio. Hay llave que es importante

La llave de la oración
Mateo 6:5-6: Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. La segunda recompensa pública tiene que ver con buscar a Dios en la oración. Pero debes orar en forma efectiva y no mecánicamente. Todos doblamos nuestras rodillas en algún momento y si lo haces correctamente, debes ser capaz de encontrar respuestas para tu vida. Debes orar en secreto para que tu recompensa sea evidente y manifiesta. La oración del Padre Nuestro habla de ocho cosas importantes y seis de ellas hablan de pedir. Recordemos que pedir es necesario para la Gloria de Dios. Para recibir lo que pides debes orar con fe y dar de lo que tienes. La estrategia para recibir en abundancia es compartir.